``Este tío es idiota´´ fue lo primero que descubrió de aquél extraño chico. El tío no paraba de hablar ni un segundo ¡Joder! Era primera hora y encima matemáticas, nadie quería hablar en un estado como aquél. ¿Por qué los humanos no podían tener un botón de silencio...o de autodestrucción?
+Bueno y....¿cómo te llamas?- Se había dado cuenta de que Jake no le estaba haciendo nada de caso.- ¿Me vas a responder o vas a seguir mirando al horizonte y asintiendo como un loco?
Entonces despertó, ¿le había llamado qué?
-¿Eh?
+Tu nombre. Alguno has de tener, supongo.
En todo el tiempo que llevaban sentados era la primera vez que se había girado para mirarle, el chico le miraba curioso y sin perder la sonrisa.
-C-claro que tengo....Jake.
En ese momento había vuelto a apartar la vista, pero por el rabillo del ojo vio como el otro sonreía aún más. Entonces, sonó el timbre.
Pensaba que aquel extraño momento solo era eso, un momento, pero no. Aquel chico le estaba siguiendo, nunca le habían gustado los animales y ahora tenía un perro faldero, que por si fuera poco, no dejaba de hablar de...¿perros salchicha?
-¿Quieres dejar de seguirme? No soy tu amigo ni tu guía y encima te dieron un mapa.- Justo le había interrumpido en el momento más ``divertido´´ (según para quien lo escuchara) y eso descolocó un poco al castaño.
+Ah...cierto...lo he perdido.
Antes de que Jake pudiera soltar un discurso sobre la responsabilidad y el cuidado de objetos importantes en la vida diaria, algo le llamó la atención. Emily estaba mirando hacia donde estaba, y por si eso fuera poco, parecía...sorprendida y preocupada a la vez, pero...no le miraba a él sino a...
-Oye, ¿De qué conoces a esa chica?
Nick miró hacia donde el rubio señalaba y su expresión cambió completamente. Cuando sus ojos se encontraron con los de la chica el ambiente se volvió extraño, hasta que él apartó la mirada.
+No la conozco, es la primera vez que la veo.- Mentía. Se notaba porque todo en él había cambiado de pronto, su sonrisa y su aspecto alegre se habían evaporado para dejar una expresión meditabunda.
De pronto escucharon un alboroto.
-¡Te he dicho que yo no he sido!
Se adentraron entre el coro de cotillas y se encontraron con dos chicos en el centro de éste discutiendo. Uno era bajito, rubio, ojos marrones, con gafas y tanto su pelo como su ropa estaban tan perfectamente arreglados. En cambio, el otro era alto y delgado, pelo largo y negro. Su forma de vestir se asemejaba a la de algún grupo social urbano. Era el tipo que se encontraba con aquel cretino en la cafetería, su amigo.
+Venga, Manuel, has estado todas estas semanas detrás mío ¿es que te has enamorado de mi?- Para parecer el típico empollón repelente, hablaba tranquilo, con un tono de sarcasmo y dureza en su voz, eso sumado a la forma en la que miraba al otro daban escalofríos.
-¿¡Pero de qué vas imbécil!?- Había caído en la trampa, le agarró del cuello de la camiseta haciendo que topara contra la pared. Sin embargo, el rubio no cambiaba su expresión, hasta sonreía de lado.
-¿¡Se puede saber qué está pasando aquí!?
El círculo de curiosos empezó a disiparse disimuladamente, un profesor había llegado, lo que suponía el final del espectáculo.
Éste miró a Manuel con rabia
-¿Otra vez tú? ¿Qué te dije la última vez?
-¡Yo no he hecho nada! ¡Se lo ha inventado todo!
Pero el profesor no quería creerle, antes deque se lo llevara de allí, el rubio le susurró a Manuel de forma que solo él le escuchó. ``El juego acaba de empezar.´´
Nick y Jake seguían ahí observando cómo cada uno se iba por su lado.
+Vaya...¿qué crees que ha pasado?
-Ni lo se, ni me importa.- Contestó Jake.- Vámonos, llegamos tarde.
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